El Predicador de Harold Robbins - Un Antihéroe Religioso
La figura del antihéroe está íntimamente relacionada con
la ética, la moral, valores que las más de las veces pertenecen
al mundo de la subjetividad. Por eso los antihéroes caen tan
bien, logran objetivos nobles con métodos o prácticas poco
éticas en los conceptos tradicionales, pero el análisis subjetivo
normalmente logra imponerse sobre esas conductas para
que nos caiga bien el personaje y nos parezca algo loable su misión.
Harold Robbins con esta novela nos regala un antihéroe poco
común: un predicador.
Constantine A. Talbott se vuelve predicador de la nada y
su don natural para convencer a la gente termina causando que
los grandes consorcios de la religión decidan volverlo una de
sus figuras mediáticas que tanto dinero e influencia política
les generan.
Pero desde el comienzo del libro notamos que este personaje lleva
una vida bastante "peculiar". Como predicador lleva una rutina de
relaciones sexuales constantes con sus chicas, seguidoras y acompañantes
en sus giras para predicar, además de consumir marihuana prácticamente
desde el comienzo del libro. A esto le sumamos algunas
respuestas tipo Chuck Norris de parte del predicador a algunos
matones que le visitan.
¿Que cómo puede caer bien un personaje así?
Pregunten a Harold Robbins, él tiene la receta. Yo aún sueño
con poder escribir una historia así.
Este libro marcó un antes y un después en mi vida, pues lo leí a los 10
años y lo releí unas 6 u 8 veces en los siguientes 8 años.
No conocía el concepto de antihéroe pero al terminar el libro comprendí
que, aunque este sujeto hacia cosas "malas", creía en una misión
y al final trató de luchar contra la degradación de la religión. Además,
debo aceptarlo, los personajes que viven vidas secretas tan intensas
y cargadas de actos mal vistos me llaman mucho la atención
en una historia.
Libro recomendado del artículo: El Predicador - Harold Robbins
Un Lector Nocturno
1 comentarios:
Buen escritor Harold! Lei " Los sueños mueren primero " de èl, genial !
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